#5taDelLobo «Al día de hoy, Tiempo Cero es una gran foto de este momento»

Triunvirato y Elcano; Villa Órtuzar; un espacio con vida propia e identidad que hace dos años es su sala de ensayo; algo de nervios pero, por sobre todo, una intensa ansiedad reflejada en la mirada y en las palabras del trío; ganas inusuales de dar a conocer este trabajo que hoy los define, representa y diferencia del resto; crecimiento a nivel personal y profesional; los ánimos golpeando el techo y la buena onda con la que los conocimos y nos siguen recibiendo.

“Lejos del principio, lejos del final”, reza “El círculo invisible”, tema número 11 de Tiempo Cero, segunda placa discográfica de 5ta del Lobo que tan solo en una semana será presentado oficialmente en el escenario del reconocido Uniclub. Luego de escuchar el disco completo y de percatarse un poco de todo el trabajo que lleva escondido detrás de sí el nuevo álbum, uno puedo estar seguro que la carrera de esta banda, oriunda de Capital Federal, logró sortear varios tramos en su recorrido. Y claro, ya se encuentran lejos de aquel octubre de 2012 cuando arrancaba todo, pero también están lejos del final, porque todavía les espera mucha ruta por delante.

Qué extraño es el tiempo y las paradojas que lo rodean. Sabemos que éste nunca se detiene, sin embargo, somos esclavos del reloj y medimos los distintos sucesos de nuestra vida por fechas. Existe una certeza: cada recuerdo que conservamos, cada momento, tiene algún punto de inicio en nuestra memoria. Es ese instante en el que la página en blanco empieza a llenarse. Ese suceso cargado de ironía en el que el tiempo extrañamente comienza a percibirse. Un acontecimiento, muchas veces indescriptible, que 5ta del Lobo logró resumir en “Tiempo Cero” y el motivo principal de esta nota.

002Nos sentamos, los mates arrancaron y de repente me olvidé que estábamos allí por una entrevista. Todo fluyó como una charla más con amigos. Y quise hablar principalmente de Tiempo Cero porque el 30 de abril sonará en vivo por primera vez pero después de su presentación oficial dejará de ser sorpresa y me gustaría rescatar en palabras de los propios protagonistas (Tuni, Matías, Martín) cómo vivieron todos estos meses desde que el disco comenzó a gestarse como una idea hasta su concreción final.   

–  A días de la presentación de su segundo disco de estudio, me gustaría que contaran un poco cómo fue el proceso de producción de Tiempo Cero.

Tuni: Justo recién estábamos contando que hace dos años estamos en esta sala y creo que eso fue un poco la génesis del disco. Si no me equivoco, hubo dos o tres temas de Tiempo Cero que los ensayamos ni bien nos mudamos acá. Los primeros ensayos estábamos re inspirados. “Hoy”, por ejemplo fue uno de los temas que salió acá. Nos mudamos y fue un cambio de energía, de onda, de todo, y sacamos temas a lo pavote.

Matias: Fue un cambio re positivo venir acá. Nosotros antes ensayábamos en la sala que está al lado, más chiquita. Y nos mudamos de espacio. Venir acá fue decir “bueno, dale, esta es nuestra sala;  todo lo que queremos” y fue dar un saltito.

Tuni: Durante todo el 2014 seguimos girando con “Desatavoces” mientras en la sala preparábamos cosas nuevas. Y para marzo de 2015 empezamos a trabajar con Gabi de Eruca que nos produjo el disco. A partir de ahí, todo el chiquero de ideas empezó a tomar forma. Te diría que los principios de año suelen ser momentos productivos, volvés con pilas, con canciones nuevas y todo eso siempre suma.

–   Gabriel Pedernera (baterista de Eruca Sativa) fue el productor. ¿Cómo se dio ese contacto? ¿Lo conocían con anterioridad?

Matias: No lo conocíamos a Gabi. Empezamos a escuchar bandas nuevas y no tan nuevas. Escuchamos muchos discos y coincidió cuando empezamos con la idea de grabar y de ir buscando un productor o por lo menos pensar. Y hubo dos discos que nos encontramos que los había producido la misma persona y que nos encantaban. El segundo de Connor Questa, “Fuego al Universo” y el segundo de Todo Aparenta Normal, “Hijos del mundo”. Fueron dos de los discos que al menos nosotros dos escuchamos mucho en 2014 y nos gustaba cómo sonaban. Surgió la idea y a partir de ahí fue buscar el contacto y ver si podíamos juntarnos, ver si a él le copaba.

Tuni: Cuando empezamos este nuevo viaje, quería cambiar el rumbo de lo que ya habíamos hecho. Siempre quise tener un disco de rock clásico y blusero y bueno, en la listita de cosas en la vida, esto ya estaba, quería algo diferente. Y en esa búsqueda, empezamos a apuntar a un audio más moderno, algo más actual de lo que se escucha hoy en día. Desde ese lugar, nos pareció que Gabi era una buena opción. Además, el hecho que toque en un trío estaba bueno porque nos podía aportar herramientas desde ese lugar. Yo tengo buena relación con el guitarrista de Connor Questa y le dije “che, ¿qué onda? ¿Me podrás pasar el número de Gabi? Quiero producir el disco con él”. Y al toque me lo pasó, lo llamé por teléfono. Y después fue conocernos en un bar, que nos pregunte cuál es nuestra idea, él nos contó cómo laburaba, después quiso venir a la sala a escucharnos porque no tenía idea qué hacíamos.

Matías: Algo copado que pasó fue que la primera vez que vino a la sala a escuchar un ensayo, tocamos algunos temas que veníamos pensando para grabar, algunos temas viejos y una de las cosas que él nos dijo fue “che, está buenísimo lo que tocan pero suenan como una banda de los ’70 y ustedes tienen que sonar como una banda moderna”.

Tuni: Claro, loco, tienen 25 años. Que La Renga suene así está todo bien. Se criaron en esa época, pero ustedes son de la época de la computadora y el Wifi. Así que todo el tiempo nos planteó esa cuestión de intentar sonar como una banda de 2020 y no como una de 1970. Y apuntando a que eso ya lo hacíamos y lo hacíamos bien, él creía que el desafío de la banda podía estar en esto otro.

–   ¿Cuáles fueron los principales aportes de Gabi como productor?

Tuni: Gabi es un súper músico. Es batero pero toca la viola, toca el bajo, tiene oído absoluto, entonces, también es re bueno con las melodías de la voz. Por ahí hay canciones que se la mostramos de una manera y él de toque dijo “esto está buenísimo y así tiene que ser el disco”. Y hay otros temas que tuvimos que dar vuelta partes y cosas, estribillos, solos. Hasta que encontramos la forma óptima de cada canción. Mucho de ese proceso a veces es recortar la canción. Y a nivel individual, tocó fibras en cada uno. A Martín, el batero, lo volvió loco siendo baterista. “Tocá más fuerte”; le subía y le bajaba el amplificador. A mí como violero también, “probá así o cambiá acá”. Me parece que le cambió mucho al sonido de la banda, fue donde más nos enriquecimos.

Matías: También el color que le aportó a la mezcla. Nosotros nos imaginábamos el disco de tal manera. Cuando vos vas grabando o escuchando en el estudio un poco te imaginas cómo va a sonar el disco. Pero él con el ingeniero de sonido que hizo la mezcla como que le dieron su color particular. Para mí los discos tienen como colores, tienen cosas, tienen texturas y eso fue mucho aporte de él también. Él se lo imaginaba de una manera. Cuando vos te lo imaginas, te suena todo como muy crudo pero cuando él nos empezó a pasar esas mezclas o esas cositas que se le iban ocurriendo, nos pareció buenísimo.

Tuni: A pesar de todo este proceso de mezcla que te contamos, siempre se buscó mantener el espíritu de que somos tres y que eso se pueda replicar en vivo y que no nos quede un disco intocable. Sino no tendría sentido todo esto.

–   ¿Gabi estuvo presente durante todo el proceso de grabación?

Tuni: Todo lo que fue la grabación, estuvo los nueve días. De hecho, un poco él es el piloto del barco, tiene que estar ahí dirigiendo todo porque para nosotros es todo un quilombo durante esos días. Agradeces si dormís y comes, además de tocar. Es como una bendición. Su aporte fue previo al disco, en la pre producción, los días de grabación y en la mezcla.

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–  Una vez dentro del estudio de grabación, ¿cambiaron cosas sobre la marcha?

Tuni: Algunas cositas cambiaron. Te diría que de los once temas, diez están casi iguales a como los ensayamos. Quizás, cambiaron algunos detalles. La verdad que llegamos súper ensayados. Creo que el fuerte de la pre producción fue haber estado tres, cuatro meses, tocando todos los temas. 

Matias: Sí. A diferencia del primer disco, la producción de éste fue distinto porque grabamos los tres juntos. Está buenísimo pero también te exige mucho laburo previo: prepararte, ensayar. Y la verdad que es mucho más divertido grabar así.

Tuni: El formato se presta también. Cada uno tiene su área: el bajo, la batería, la guitarra y la voz, por supuesto. Implicó un desafío para nosotros. ¡Ojo! También estaba la posibilidad de grabar por separado si queríamos como lo hicimos con Desatavoces y que también funcionó. Pero sí, tuvimos que ajustarnos muchísimo en la sala para después tratar de llevar lo mismo que pasaba acá al estudio. Y ahí bueno, todo es más grande, los nervios, cómo suenan las cosas. Todo se escucha mucho más. Cuando te equivocas se escucha mucho más, como que todo se amplifica ahí pero también lo que está bueno se amplifica. Entonces, ahí te das cuenta de todo el laburo previo. El trabajo de pre producción me parece fundamental para los discos.

Matías: Disco a disco vas aprendiendo un montón de cosas. Con Desatavoces nos pasó que por cuestiones de que uno no sabe cómo es esto fue todo muy concentrado en el tiempo. Y de repente, nos encontramos que teníamos la presentación del disco pero no teníamos el disco en la mano hasta una semana antes. Entonces, dijimos “vamos a planearlo bien, tranquilos. Grabamos, tocamos después. Salió el disco y lo subimos a Internet”.

Tuni: Además, creo que es algo que le debe pasar a todas las bandas cuando arrancan. Vos tenes necesidad de tener el material. Los primeros discos tienen mucho de esa necesidad desesperada de tener material. Entonces, haces todo rápido, todo apurado, terminas presentando el disco y no lo tenés ni en las manos. Ahora fue distinto.

–  ¿Contó con músicos invitados Tiempo Cero?

Matías: Las acústicas, en general, casi todas las grabó Gabi, porque además es un muy buen guitarrista.

Tuni: Venía y tocaba mis solos mejor que yo (RISAS). Es un muy buen guitarrista. Y después, Migue (Soifer) en percusión que grabó las panderetas. Todo lo demás, grabado por nosotros tres.

–  Por lo general, a la hora de bautizar un disco, se suele poner el nombre de aquella canción del álbum que representa al trabajo en su totalidad. ¿A qué hace referencia Tiempo Cero?

Matías: Justamente, somos anti eso (RISAS).

Tuni: Tuvimos que buscar la forma de lograr eso de que algo represente todo el disco pero decirlo de otra manera. Hay canciones si querés como bisagras en cuanto a la temática del disco que pueden ser “En Blanco” o “El círculo invisible” que son justo los temas que abren y cierran el disco y no es casualidad tampoco eso que plantean un poco como esta idea de que el principio y el final muchas veces convergen en un mismo punto. Un principio es como una hoja en blanco a llenar y cuando termina ese proceso sentís otra vez esa sensación de estar en blanco pero con todo un aprendizaje de por medio y con una nueva hoja para llenar de cosas nuevas. Tal vez es como que tomamos a ese Tiempo Cero como ese punto a partir del cual todo empieza y del cual todo se puede crear. De hecho, la tapa del disco es como una especie de génesis o de universo, una cosa así, que remite como a esa idea.

–   Más allá de la necesidad que tenían con Desatavoces de sacar un disco, ¿qué otras diferencias pueden encontrar con el primer disco?

Tuni: Por un lado, éramos más chicos en muchos sentidos. En edad no tanto. Pero la banda como organismo es como un ser vivo también. Y nosotros sacamos Desatavoces en enero de 2013 habiendo tocado por primera vez como 5ta del Lobo en octubre de 2012. Entonces, como que hubo muy poco tiempo de armar al “ser humano banda”. De hecho, nos terminamos de conocer mucho tocando, en el estudio, en la pre producción.

Matías: Yo creo que grabar un disco te hace tomar como mucha dimensión de lo que estás haciendo. Por lo menos para mí. Esto que estás haciendo está bien, pero, ¿por qué? ¿A dónde va? Y te lleva a preguntarte todas esas cosas. Musicalmente, creces un montón disco a disco. También cosas de nuestra vida personal. Grabando Tiempo Cero, todos nos fuimos a vivir solos. Empezó otro momento de la vida de cada uno, digamos.

Tuni: Sí, dos fuimos tíos (RISAS). Entonces, fueron dos años que nos pasaron muchas cosas. Nos pasaron muchas cosas como banda. Es lo que te decía antes, entramos a grabar Desatavoces y teníamos, nose, tres shows en vivo. Y entramos a grabar Tiempo Cero y teníamos el Teatro de Flores, el Malvinas, habíamos hecho bochas de Uniclub ya sea en la Fiesta Groovestock o con bandas que nos han invitado. Teníamos un recorrido de 30, 40 shows que no teníamos antes ni por casualidad y en todos esos puntos es en donde la banda se conoce y crece.
Entonces es imposible que no nos afecte, que no nos afecta para bien digo, que te afecte y te haga reflexionar. Yo siento que en algún punto creativamente Tiempo Cero fue como un rompecabezas. Primero no tenía nada, después tuvo “En blanco” que fue la primera canción  y ahí dije “es un re buen disparador para que todo el disco hable de esto”. Me tomé mucho el laburo de buscar que haya como toda una conexión, todo un concepto que unifique el disco. Desatavoces fue como más vomitado. Tiempo cero fue algo más construido, más craneado, por decirlo de alguna manera, más buscado en todo sentido. Desde el audio, las letras y sumarle todas esas situaciones de vida que nos tocó vivir a cada uno que también nos hicieron crecer un montón.

–   ¿Disfrutaron estar en un estudio de grabación?

Tuni: Me encanta. Viviría en un estudio.

Matías: Es un espacio muy raro. Porque a veces te parece que no pasa el tiempo. A veces pasa rapidísimo. Estuviste ocho horas ahí adentro y no te diste cuenta. Yo por lo menos quiero tocar todo lo que hay ahí adentro (RISAS). No sé qué son todos esos botones pero no me importa. Es un lugar muy extraño, pero muy lindo.

Tuni: Sí, también te pasan un montón de cosas personales. A la hora de grabar las voces, yo los eché a todos. Todos a la cocina. Me quedé sólo con Gabi y Guille que es el ingeniero de grabación y necesitaba como ese momento de intimidad: el micrófono, las letras y yo, nada más. Después cuando grabábamos las bases los tres juntos era estar ahí, hacerle caras al otro a través del espejo, parar para comer, muy divertido, la pasamos muy bien. Estás diez horas ahí adentro y pasa como si fuera un minuto. Y también, por otro lado, estas todo el tiempo diciendo “quiero disfrutarlo” porque nunca sabes cuándo vas a volver a estar en un estudio. Son lugares en lo que fluye mucho la creatividad. No sé por qué pero todo lo que se te ocurra ahí, lo probás y suena increíble (RISAS).

Hacía el final de la charla, se incorporó el tercer integrante de 5ta del Lobo, Martín Schiliro, baterista.

– ¿Sienten que suenan totalmente distinto a como lo hacían en los tiempos de Desatavoces?

Todos: Sí, sí.

Tuni: Sí. De hecho, muchas de las reversiones de los temas viejos no tienen que ver tanto con que no te guste o no te pase nada tocándolos sino que es más como un “che, ¿yo tocaba eso?” Es como que hoy en día no me refleja para nada, ni ese arreglo ni esa forma de estar tocado o cantado. Y bueno, ¿cómo hacemos ese tema que está buenísimo pero reflejado en lo que sos hoy en día? Porque los discos tienen eso de que son fotos del momento y entre momento y momento hay crecimiento.

Martín: Además, no es que los temas nos dejaron de gustar. Los temas nos encantan y nos va a gustar toda la vida.

Tuni: En este caso puntual es como que son dos rumbos muy diferentes un disco y el otro. Tal vez, un tercer disco sea una síntesis de los dos o no. Sea otra cosa totalmente diferente pero en este momento puntual de la banda fue como dar vuelta la hoja bastante fuerte porque no tenía nada que ver la búsqueda de la banda hace dos años con la búsqueda de la banda hoy en día. Me parece que al día de hoy, Tiempo Cero es una gran foto de este momento tal cual lo imaginamos. Incluso hasta superó lo que imaginábamos y bueno, habrá que ver cuánto tiempo nos dura esta foto. Por un lado, espero que mucho, por el otro, espero que poco (RISAS).

– Desde que comenzaron su carrera, han pisado escenarios importantes como el Teatro de Flores o el Estadio Malvinas Argentinas. ¿En qué lugar que aún no hayan tocado les gustaría presentarse?

Martín: Yo elegiría el Luna Park porque desde que soy chiquito me encanta. Por una cuestión de que yo soy fanático de Los Piojos y los fui a ver más veces que a mi casa, más o menos (RISAS). Laburé ahí muchas veces también, entonces, es como un lugar que tengo en la cabeza desde que soy chico. Muchas veces estuve abajo, me gustaría estar arriba.

Tuni: Mi sueño de vida es tocar en la Bombonera. El día que toque en la Bombonera me voy a sentir súper realizado pero, en el corto plazo, me gustaría mucho tocar en Vorterix. Es un lugar que le tengo ganas hace tiempo.

Matías: Yo no sé. Podría decirte el Luna, podría decirte Vorterix, podría decirte cualquier lugar que sea gigante (RISAS). Bueno, podría ser un Groove y así completamos la tría.  

5ta del Lobo es:

Tuni Soifer (voz y guitarra);

Matías Quintana (bajo);

Martín Schiliro (batería).

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Para más información de la banda, podes ingresar a:

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Twitter: @5tadelLoboRock

Youtube: www.youtube.com/5tadelLoboOficial

Sitio Web: www.5tadellobo.com.ar

Compartimos “El círculo invisible”, single número 11 de Tiempo Cero y que sonará el próximo 30 de abril en el Uniclub por primera vez en vivo: