Al Di Meola: Opus, Piazzolla y el tinnitus

Una entrevista exclusiva con uno de los guitarristas de fusión más destacados, a pocos días de presentar en Buenos Aires su último disco. El viaje para conocer sus raíces en Italia, el disco que está preparando sobre Astor y el terror a la enfermedad que lo aqueja.

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“Muchas veces tenemos grandes conflictos en la vida, y eso genera buenas composiciones. Me refiero a que hubo muy buenas películas y discos hechos por artistas mientras sufrían”, explica Al Di Meola al otro lado del teléfono, desde su casa en Los Ángeles.
“Pero yo me siento mejor que nunca, en una etapa muy pacífica y muy feliz. Tengo una nueva relación de pareja y una hija chiquita, que me ponen muy contento. Estaba asustado de sentirme tan bien, porque quizás podría sufrir de un bloqueo compositivo. Así que estaba preocupado”.
Finalmente, el nuevo approach le resultó mejor que nunca: las pruebas quedaron a la vista en “Opus” (2018, EarMusic). “Me rodeó mi nueva familia. En todas las ocasiones anteriores hice las cosas solitariamente, muy recluido. Ahora estuvieron todos alrededor mío, y creé algo que incluso fue una evolución en mi manera de escribir -agrega-. Me halaga decir que pude componer en un estado de mucha felicidad. La compañía lo amó tanto, que dijeron que iban a usar ese concepto como elemento de promoción”, se ríe Di Meola.

-¿Cuáles otros álbumes hiciste estando tan triste?
-Durante la mayoría atravesé algún conflicto. Las relaciones son difíciles, la vida, la organización de los álbumes, el caos, la producción… cada etapa es como el nacimiento de hijo. Es muy difícil convertir una semilla en un producto terminado. Es un milagro, todos lo son, pero siempre incluyeron dolor por las circunstancias que estaba pasando.
-Lo gracioso es que lo hiciste siendo feliz, pero la primera canción, “Milonga Noctiva”, significa bucear en la oscuridad.
-Es que estuve mucho tiempo en ese estado. Es un título cool, lo traduzco en algo como “nadar en la oscuridad buscando mi nuevo camino”.

Bienvenido a casa

Al Di Meola vive en los Estados Unidos, pero sus orígenes son italianos. Al margen de que editó más de treinta discos -incluyendo algunos con artistas influyentes como Return to Forever, Chick Corea, Paco de Lucía, Stanley Jordan, y John McLaughlin-, el guitarrista no pensaba que en su tierra estaban tan al tanto de su carrera.
-Hace poco recibiste el reconocimiento de tus antepasados en Italia, cuando fuiste al pueblo de Cerreto Sannita. ¡Es algo más importante que cualquier premio!
-Es verdad, y llegué y me enteré de que me habían estado siguiendo por 30 ó 40 años. Pude ver de dónde había venido mi abuelo, ya que nunca lo pude conocer. Él murió antes de que yo naciera, pero siempre leí historias sobre el pueblo. Así que dije: “¡Qué genial sería poder conocer dónde empezaron los Di Meola, y ver dónde vivió!”. Mi esposa me organizó una visita después de un show en Nápoles, en un día libre. Ella arregló con la municipalidad para que fuéramos, y yo no tenía expectativas, no sabía qué iba a pasar. Cuando llegamos había una enorme multitud a ambos lados de la calle, y la policía estaba conteniéndolos. ¡Parecía la premiere de una película, y estaban con un gran cartel que decía “bienvenido a casa”! (se ríe). Fue increíble, realmente. Muy movilizante.

-Supongo que esa situación te puso incluso más contento de lo que estabas.
-Sí, me hizo muy feliz. Hace pocos días también recibí un doctorado honorario de Berklee. Ahora que saqué más de 30 discos y tengo un trabajo que está siendo reconocido, estoy teniendo un montón de energía “fresca” y otro espíritu. Fui muy productivos durante este período, con “Opus”. Hace poco también salió un disco en vivo, llamado “Elegant Gypsy and More”, y tengo un álbum de Piazzolla en el que estoy trabajando. Va a ser el Volumen 2, porque ya tengo lancé el primero hace unos años.
-¡Wow!
-Sí, tengo esa gran conexión con la Argentina. Creo que esa simbiosis fue una gran parte de mi vida. Conocer a Piazzolla cambió un montón de cosas para mí, en un modo positivo -nota: fueron amigos durante los últimos años del tanguero-. Su música siempre va a resultarme cercana. Todos los días pienso en él y en los Beatles, por ejemplo. Por eso los incluí en mis shows, porque fueron una parte inmensa para mi crecimiento.

-¿Qué canciones van a haber en el segundo disco de Piazzolla?
-Las que mejor se adapten a la guitarra. Ya grabé “Mumuki”, y fue una de las más complicadas que tuve que versionar en mi vida. Pero quedó fantástica, y no puedo esperar a que la gente la escuche. Quizás hasta la toque en vivo cuando vaya allá, o al menos una parte. Hay otro tema también que estoy por adaptar a la guitarra, y que podría incluir un instrumento atípico.
-Volviendo a “Opus”, hay un tango llamado “Escapado” que te llevó siete-ocho años de composición. ¿Cómo fue el proceso de una canción que demoró tanto tiempo para terminarse?
-Lo que pasó fue que no tuve lugar para ponerlo en el disco que estaba haciendo en ese momento, que era “Pursuit of Radical Rhapsody” (2011). La ensayamos y todo, pero no quedó terminada, así que pensé que éste era el momento. Llevó un montón de cambios y arreglos hasta que estuvo lista, hasta el punto de que casi me negué a incluirla en “Opus”. Tuve que trabajar duro para conseguir el feeling correcto, pero de eso se trata la música: podés escribirla y grabarla, ¿pero se siente bien? Es una pregunta que sólo podés responder vos mismo, y mi instinto está extremadamente afilado. Si alguna vez lo perdiera estaría acabado, porque tendría que confiar en lo que piensan otras personas. Mi instinto me decía que todavía no estaba al 100%, que debía probar algo diferente, así que le puse y saqué un montón de cosas. Llevó bastante trabajo.

-”Broken heart” es como una prima de “Ballad”: tomaste la base y la modificaste. ¿Cómo fue rearreglar algo que había salido en 1985?
-La original era una canción que no estaba muy basada en el ritmo, era algo más abierto y amplio. Pero cuando encontré esta nueva melodía, inmediatamente pensé que la guitarra eléctrica iba a ser perfecta arriba de aquel patrón fuerte, acústico y sincopado. ¡Y terminó siendo una de mis favoritas del disco! Es muy diferente de la original, ni siquiera la siento parecida. Por eso la podemos tocar con mi banda eléctrica, y también con la acústica.
-El último tema de “Opus” se llama “Rebels”, y fue influenciado por tus años yendo a ver shows al Fillmore, en Nueva York. Ahí, los Hells Angels estaban a cargo de la seguridad. ¿Qué les decían al público?
-Los mantenían a raya de un modo violento, eran tipos armados y usaban su fuerza. Me acuerdo de algunas peleas extremas. Nunca me voy a olvidar del tipo que manejaba esos venues, que tenía una visión para llamar a todos los nuevos grupos revolucionarios que salían en los ‘60 y los ‘70. Y los presentaba en su teatro, así que iba con mis amigos y veía todo lo que te pudieras imaginar: Santana, los Grateful Dead, The Who, Crosby, Stills & Nash, Jefferson Airplane, los Allman Brothers, Miles Davis… fue un momento increíble.

La enfermedad más temida por los músicos

-Por culpa del tinnitus, hace unos años que dejaste de tocar la guitarra eléctrica. ¿Cómo te sentís ahora?
-El nivel del zumbido en los oídos es algo que no cambia, y en mi caso está en un nivel alto, como un grito. Es horrible, y todavía no hay nada para pararlo. En muchos lugares del mundo están trabajando en algo, porque es neurológico y tiene muy poco que ver con los oídos. Está relacionado con la corteza auditora interna del cerebro, que envía un montón de información y por ende se genera una sobre-explosión de neuronas.
-¿Cómo creés que te enfermaste?
-Estaba predispuesto genéticamente, y la música lo empeoró porque tocábamos muy fuerte. Todos los artistas van a sufrir pérdidas de audición, y uno de cada veinte también va a tener zumbidos. Algunos lo experimentan de a momentos, intermitentemente, y otros lo tienen de manera crónica y nunca se les va. El mío va a durar para siempre.

-¿Y qué hacés para que no progrese?
-Si toco de manera eléctrica me pongo unas piezas enormes de cera, y escucho a través de eso. Me cortan aproximadamente 20 decibeles, pero aún es riesgoso, porque el tinnitus sólo empeora. Estoy esperando por algún descubrimiento científico. Puede darse en China, en mi ciudad de al lado o en la Argentina: en todas partes están ocupados en eso, pero es muy complejo.
-Imagino que viviendo de la música, tenés más miedo de perder todo…
-Es totalmente aterrador, pero sólo uso protección en mis oídos si toco con la guitarra eléctrica. Siempre que estoy de gira me repito a mí mismo: “no puedo hacer esto de nuevo”… ¡pero hace unas semanas terminé otro tour eléctrico! El tinnitus me impide hacer shows eléctricos, y estoy haciendo más acústicos -acompañado de una banda-. Por suerte tengo un grupo de seguidores que me acepta de ambas maneras.
-Sabiendo esto, ¿qué puede esperar la gente de tu presentación en la Argentina?
-Vamos a enfocarnos en el último disco, “Opus”, y a tocar al menos cuatro temas de ahí. En el medio también habrá música de otros álbumes, así que va a ser un gran recorrido de mi carrera, sumado a lo nuevo. ¡Estoy muy ansioso por verlos!