Andrés Calamaro – "Bohemio"

Por @diazdangelo para @rockcomar
Pasaron tres años para que Andrés Calamaro rompiera el silencio discográfico, sabatismo que en paralelo fue solventado por la abundancia de audios colgados en su perfil de Soundcloud. “Bohemio”, que poco tiene que ver con ese prolífero mundo en kb, llega en un punto de composición en el que un Andrelo celebradamente clásico se muestra enamorado y nostálgico, recordando a aquellos que ya no están.

Específicamente, el añorado Luis Alberto Spinetta es el que recibe su homenaje en “Belgrano”, una balada para fogón, de armónica y slide, con el recuerdo imborrable del Flaco entre uno sus colegas.
La cadencia acústica y también el slide permanecen en la autorreferencial “Plástico fino”. Esa atmósfera melancólica regresa en “Tantas veces”, en donde los arreglos de los teclados dan otra de las mid-tempo del disco, con referencias a letras tangueras y de Los Rodríguez.
La misma función sonora cumple el Hammond en el hit radiable “Cuando no estás”, con certeras referencias a su novia, Mica Breque, y una interpretación a lo Goyeneche para otra fantástica creación en formato canción del Salmón.
En el año en que AC se convirtió prácticamente en un twittstar y coqueteó con el mundo mediático de la farándula argenta, también retornó a sus influencias dylanescas para cantar canciones ambiguas al amor y al desamor, como “Nacimos para correr”, y a la vez un bolero folk que da nombre al disco en “Bohemio”.
Por otra parte, el riff de “Inexplicable” está dentro de una de las canciones más rockeras, en sintonía con el hitazo “Rehenes” y la muy Rodríguez “Doce pasos”.
En evidencia, la prosa no termina de mostrar el desangrar del autor. Se respira confusión emocional, lo que parece ser un estadío sensacional para crear este tipo canciones calamarianas.
Por fortuna este no es un compilado de 10 rarezas. No hay rumbas ni experimentos extraños. La reaparición de Cachorro López como productor radio friendly –y la manito en algún que otro verso de Cuino Scornik- fue un acierto, porque deja de lado esa faceta exploradora y obstinada de Andrés para revalorizar la fusión de rock y pop que supo tener de abanderado a este Calamaro.