#Cromañón Sed de memoria, verdad, justicia y libertad

Vacío. Esa eterna herida punzante. Las mismas ausencias. Secuencias repetitivas de una noche brutal. Fotografías viejas. Rostros conocidos y tan lejanos a la vez. Bronca. Impotencia. Fuego. Un local ardiendo en llamas. Familias destrozadas. Otras recomponiéndose. Recuerdos vivos que se arrinconan en la sien. Presión. 11 años. 194 vidas menos. 194 almas más agitando antes de tiempo en el cielo. Músicos tras las rejas. Excarcelación. Reencuentro. Esperanza. Volver a respirar unas cuantas falacias. Canciones que vuelven a sonar. Sed de memoria, verdad, justicia y libertad.

30 de diciembre. Otra fecha más para la reflexión oscurecida inevitablemente por el dolor. Por fortuna, aprendimos a no olvidar. Sucede que a lo largo de la vida, ciertos hechos se graban a fuego lento en el alma y en la piel. De un tiempo a esta parte, diciembre no pudo disimular más el correr de sus días, ni siquiera con su tono festivo. Más bien, se convirtió en el contenedor de recuerdos agrios, difíciles de despojar para más de 194 familias. Este mes trae bajo la manga el paso al año nuevo pero, a su vez, carga consigo una serie de remembranzas que nos obligan necesariamente a abrir el cajón del pasado.

Hoy se cumple el onceavo aniversario de la tragedia de Cromañón, la peor de las catástrofes no naturales en la historia argentina, y el panorama no es demasiado distinto a años anteriores. Por un lado, el dolor de los familiares que perdieron a su ser querido. Por el otro, los sobrevivientes que pusieron todo su empeño a una lucha invisibilizada durante mucho tiempo y que hace muy poco lograron derribar. Pero también está la justicia siempre tan injusta y los responsables que aún no terminan de pagar sus culpas por la desgracia desatada aquel 30 de diciembre de 2004.

A lo largo de todos estos años se escucharon tantas campanas. Tantos hablaron. Tantos defenestraron solamente a los músicos que estaban esa noche sobre el escenario. Tantas idas y vueltas tuvo y sigue teniendo la causa. Tanto se manoseó el caso que todo sigue como el principio. Aún no hay culpables certeros; aún siguen responsabilizando sólo a la ex banda Callejeros de la tragedia; aún los políticos que deberían hacerse cargo siguen en libertad planeando sus próximas campañas políticas; aún los familiares de las víctimas siguen buscando justicia y anhelando un poco de paz; aún los sobrevivientes siguen siendo ignorados por gran parte de la sociedad cuando fueron ellos precisamente los que estuvieron ahí adentro, los únicos que sí lo vivieron.

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En esta ocasión, decidimos recordar y reflexionar sobre este día dándole la voz a Diego Cocuzza, sobreviviente de la tragedia y miembro activo de No Nos Cuenten Cromañón (NNCC), agrupación formada por sobrevivientes de aquella noche que tienen un mensaje y una ideología distinta a la que solemos absorber de la mayoría de los medios de comunicación. Corremos la voz una vez más y nos sumamos a visibilizar la lucha de quienes vivieron Cromañón en carne propia y se esfuerzan cada día para que no se repita NUNCA MÁS.

CLV: A diferencia de otros tantos sobrevivientes de la Tragedia de Cromañón, vos elegiste el camino de la lucha y el de no olvidar, transformando el dolor en un mensaje de concientización. ¿Cómo surge No Nos Cuenten Cromañón?

Diego Cocuzza: La agrupación surge unos años después de la tragedia, como surgen las mejores cosas: de una charla de amigos en un bar (Gulp, en este caso). Nos juntamos varios sobrevivientes con ganas de hacer algo contra la manipulación mediática que se le estaba dando a la causa. La primera actividad que hicimos fue juntar la firma de la mayor cantidad de sobrevivientes que pudimos,  para firmar un cartel que luego difundimos en vía pública con la leyenda “NO NOS CUENTEN CROMAÑON – NOSOTROS LO VIVIMOS”. De ahí el nombre.

CLV: ¿Cuáles son las actividades que lleva a cabo la agrupación? ¿Hay un número fijo de integrantes?

Diego: La agrupación no tiene un número fijo de integrantes. Y esto es por una razón muy lógica. A cada uno le pega esto de manera distinta y en momentos distintos, por lo cual vamos alternando. A veces uno no se siente anímicamente bien para estar, y no está. Y hay otro que lo apuntala. Somos alrededor de 20 sobrevivientes y muchas otras personas que tuvieron la suerte de no estar ahí, que también nos ayudan constantemente. Las actividades tienen que ver más que nada con la concientización. Hacemos charlas en colegios, universidades, etc. También expresamos nuestra postura con respecto a las responsabilidades de la tragedia en diferentes manifestaciones, en Tribunales o el lugar que lo amerite. Por último, tenemos a cargo el acto del aniversario, donde encontramos un espacio para que los sobrevivientes puedan pasar ese día menos peor, que a mi entender y sentir personal, es el mayor logro de nuestra agrupación.

CLV: ¿Cuáles son los objetivos principales que persigue NNCC?

Diego: El objetivo principal es que no vuelva a ocurrir. Algo medio utópico en el país que vivimos. Pero vamos a seguir dando esa pelea incansablemente. Nuestra postura con respecto a las responsabilidades es muy clara y creemos que una de las cuestiones que tienen que resolverse para que no vuelva a ocurrir es que las responsabilidades estén judicialmente claras. Si el Poder Judicial le quiere hacer creer a la gente que Cromañón pasó porque había un gordito de 24 años cantando en un lugar habilitado y no que en realidad ese lugar no debía estar habilitado, pero se pagó una coima para que lo esté, entonces estamos muy desviados.

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CLV: Hace un tiempo atrás, la agrupación buscaba la liberación de los ex músicos de Callejeros, se consiguió pero la causa nunca se cerró. ¿Cuál es tu opinión sobre el accionar de la justicia en el caso?

Diego: La agrupación busca que los responsables estén presos y los inocentes libres. Cromañón sucedió porque ese lugar estaba abierto. No por otra razón. El Poder Judicial (en manos del TOC24) decidió absolver a los músicos en un juicio donde pasaron 300 testigos, se valoraron cientos y cientos de pruebas y se vio a todos los imputados cara a cara. Luego la Sala III de Casación, a cargo de impresentables y corruptos jueces como Catucci y Riggi (que no está de más decir que lo puso la dictadura) decide condenarlos no solo por estrago culposo sino también por cohecho (coimas). O sea que los encargados de pagar una coima eran los integrantes de la banda, incluyendo al escenógrafo. Un delirio. Tampoco está de más decir que la jueza Catucci fue recusada por haberse reunido previamente a recibir la causa y expresado públicamente que iba a condenar a los integrantes de Callejeros sin siquiera haber leído la causa. Luego de que estos impresentables condenan, se ordenan las detenciones, pasan 1 año y 8 meses presos inconstitucionalmente (ninguna persona puede estar privada de su libertad si no tiene dos condenas), hasta que la Corte Suprema decide liberarlos, para que otro tribunal “desempate”.

CLV: ¿Cuál es la situación actual de todos los acusados en la tragedia? (músicos, políticos, manager, etc.).

Diego: Con respecto a los músicos como te venía explicando antes. El problema es que se decidió que ese tribunal que “desempate” sea la Sala IV que está en el despacho de al lado de la Sala III, y para que la situación cambie tenían que decir que sus compañeros de trabajo habían obrado mal. Algo casi imposible. Y el que lee el fallo, no tarda dos segundos en darse cuenta que es más delirante aún que el anterior, con argumentos como que Patricio Fontanet es culpable por la sola razón de haber estado ahí en el momento que sucedió. O sea que hay 3 mil culpables. Delirante, pero nadie se va a tomar el trabajo de leer el fallo entonces “todo pasa”. Ahora están nuevamente condenados, esperando la resolución de una nueva apelación y que la Corte resuelva si son culpables o inocentes, para la Justicia. Y aclaro “para la justicia” porque los testigos no tenemos ninguna duda en que son inocentes.
En cuanto al manager, está en libertad condicional luego de haber cumplido los dos tercios de la condena, a nuestro entender injustamente también al igual que los músicos. La diferencia del manager con los demás es que él no fue absuelto en la primera instancia, por lo cual si tuvo las dos condenas que permitían su privación de la libertad. Insisto en que también creemos injusta su condena. Luego, los políticos fueron condenados pero con condenas mucho menores que no alcanzan los 4 años. Incluso a Ana María Fernández, mientras se condenaba a los músicos, a ella le bajaban su pena. También se absolvió a otros cuatro funcionarios en un juicio paralelo. Omar Chaban murió condenado en prisión. Y el comisario Díaz fue condenado a prisión y está cumpliendo condena.

CLV: ¿Qué sucederá con NNCC si el ex grupo Callejeros vuelve a la cárcel?

Diego: Es una posibilidad real. Seguiremos peleando en la calle, para revertir la cuestión social. Para que la gente entienda las responsabilidades reales y no las que se les cantó a un par de fachos detrás de un escritorio de Comodoro Py, sin siquiera leer la causa.

CLV: ¿Soles ir cada 30 de diciembre a los homenajes que se realizan en el santuario? ¿Por qué?

Diego: En el santuario no somos bien recibidos por un grupo de padres. Tampoco es un lugar al que me haga bien ir. De hecho, cuando no nos sacaban a las piñas, iba a la marcha pero al llegar al santuario me volvía a mi casa. No me quedaba. Se respira muerte ahí. Por eso empezamos a organizar las movidas en el Obelisco. Este es el cuarto año consecutivo. Preferimos recordar a los chicos con respeto, pero desde la vida, no desde la muerte como hacen en las marchas de Once. Por algo en ese lugar hay tan poca gente siempre y en el Obelisco la gente no entra en la plaza de La Republica, sin una sola bandera política.

CLV: Se cumplen 11 años de esa noche fatídica de la que, lamentablemente, fuiste protagonista. ¿Crees que en todo este tiempo desde el Estado se tomaron las medidas correspondientes para evitar que vuelva a ocurrir un hecho así?

Diego: Lo que cambió fueron las manos que manejan todo. La mayoría de las cosas siguen igual. Hay algún cambio en la conciencia de la gente y en algunas medidas de seguridad por cuestiones obvias. Pero en la mayoría de los lugares hay irregularidades que se solucionan con la famosa cometa. No cambió mucho.

CLV: Vos que trabajas muy cerca de los músicos, ¿sentís que hubo una toma de conciencia o un cambio de pensamiento por parte de ellos?

Diego: Si, en general sí. Yo pertenezco al staff de Ases Muertos y cada vez que tocamos en un lugar intento de que las condiciones de seguridad que uno puede darse cuenta sin entender técnicamente la cuestión, estén dadas. Pero la realidad es que vamos a tocar a un lugar habilitado. Si el que lo habilita cobra una coima para hacer la vista gorda en alguna cuestión técnica, el músico y su staff no se enteran. Si el techo es ignifugo o no, yo no lo sé y no lo voy a saber nunca, porueq no entiendo de eso. El músico va a cantar. Y con respecto a las responsabilidades, hay muchos músicos que decidieron hacerse los boludos. Pero la gente por suerte se da cuenta y, por ejemplo, Gustavo Cordera pasó de tocar en River para 40 mil personas a tocar en lugares para 300. Al careta la gente lo pone en su lugar a la larga. Y me alegro que así sea. Ojalá no toque nunca más, porque yo ya no le creo nada. En cambio, Patricio toca en cualquier lugar y se agotan las entradas porque la gente le cree.

CLV: ¿Cuáles son los planes de NNCC para este 30 de diciembre?

Diego: Va a ser un acto muy emotivo. Como te decía antes, el objetivo que siempre tenemos es que los sobrevivientes y los familiares puedan tener un lugar donde pasar ese día de una manera menos triste. Como nuestro estandarte siempre es LA VIDA, vamos también a ayudar, juntando tapitas de plástico, a Tomi que es un chico que se tiene que hacer un tratamiento muy costoso en el exterior, ya que padece encefalopatía secular crónica. Sera en el Obelisco desde las 18 hs. Va a haber música como todos los años, a cargo de Peligrosos Inocentes, Brancaleone, Ases Muertos, La Caverna, La Perra que los Parió, una banda sorpresa que nos acompaña siempre pero que no podemos anunciar y para el cierre tenemos preparado algo muy emotivo con un montón de artistas invitados.

CLV: ¿Qué mensaje te gustaría transmitirle a la sociedad desde tu lugar como ciudadano argentino, como sobreviviente de la tragedia y como miembro de NNCC?

Diego: Que el Estado no nos cuida. Que los medios nos mienten. Que tratemos de formar nuestras opiniones leyendo a los protagonistas de los hechos o a lo sumo, escuchando las dos campanas. Sino vamos a seguir creyendo que Callejeros incentivaba las bengalas, que había una guardería en el baño y que Chaban era pura bondad cuando todas esas cosas (instaladas sistemáticamente por los medios de comunicación) son mentira. Y que el 31 a la noche volvamos a brindar por todos los chicos que no están pero también por los héroes que esa noche salvaron vidas y permitieron que hoy haya menos sillas vacías.  

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“No olvidar, siempre resistir”, reza “El nudo”, uno de los temas más populares de Callejeros, incluso antes del incendio del boliche Cromañón. De eso se trata: activar la memoria desde otro lugar. Dejar atrás el dolor es muy difícil, pero lograr cambiar esos malos recuerdos por lucha y concientización en pos de una sociedad mejor son motivos más que valederos. La meta final de Diego, como de sus compañeros de NNCC, como de cada uno de nosotros es lograr que los “Cromañones” que suceden a diario, no se repitan NUNCA MÁS.

Desde Corriendo La Voz nos unimos al grito de JUSTICIA, justicia verdadera para todos por lo ocurrido esa noche. Y, para finalizar, el año pasado la gente de NNCC organizó un grato encuentro en el Obelisco donde prepararon para todos los presentes y para ellos mismos una sorpresa. Cerramos esta nota con una de las versiones más lindas de “Creo” interpretada por varios artistas. En este caso, la unión de los músicos hizo la fuerza cantándole a la vida y a las más de 200 víctimas que Cromañón se llevó.