De La Gran Piñata detonó Flores

El miércoles no es un día cualquiera para De La Gran Piñata y, particularmente, este último que cayó en la víspera del feriado, fue una gran oportunidad para agotar el Teatro de Flores. En esta crónica te invitamos a revivir la gran noche piñatera.

«El Teatro Flores es ideal para nosotros. Se ve bien de todos lados y se escucha aún mejor» declaraba Darío «Pantera» Giuliano hace pocos días en el mano a mano que tuvimos en la previa a este show. Es que el recinto de Av. Rivadavia al 7800 se convirtió desde hace mucho en un cómodo espacio rockero de la ciudad. Poco importó el cansancio propio de los días laborales; desde temprano se pudo ver diversos grupos de gente, haciendo la previa en las inmediaciones del lugar.

Los ansiosos que ingresaron temprano, pudieron ser partícipes del show de Atropello Carregal, banda invitada a calentar el escenario. Con su estilo Funk – Rock demostró estar a la altura de las circunstancias y la recepción del público fue la prueba de ello.

Promediando las 21, el grueso de los espectadores comenzó a ingresar. La parada por el puesto de merchandising se hizo casi obligada para vestir acorde a una nueva noche épica en la trayectoria musical de La Piñata.

Realmente impresiona escuchar a esta banda en vivo. El sendero de canciones varió en distintos matices y emociones: La Urgencia dio el puntapié inicial para un comienzo tranquilo;seguida de ícaro que llegó para revolucionar las piernas quietas de los presentes.

Lo cierto es que las pulsaciones se mantuvieron bien arriba a lo largo de las dos horas y pico de show. 24 temas minuciosamente seleccionados calmaron ansiedades y supieron frenar -y activar- los sentimientos del público en el momento exacto.

«Muchas gracias por estar acá y llenar El Teatro un miércoles, se van al carajo» expresó Panter con los ojos fijos en las 1800 almas que coparon el reducto.

Adonde se nos fue el sol captó el mensaje emotivo y hasta se vieron lágrimas en más de un rostro. Porque DLGP se hace fuerte al momento de tocar las fibras más íntimas. Tienen esa particularidad de hacerte poguear, gritar, saltar, pensar y hasta llorar.

«Parecen diez y son cuatro» se escuchó desde algún rincón del El Teatro. La alusión fue hacia la cantidad de miembros que conforman la banda, luego de que suene Montaña Rusa. El poder del bajo vibrando en el pecho daba Escalofríos, canción que también tuvo lugar desde su disco Miércoles (2011).

Antes de un pequeño intervalo, Borracho sonó con un invitado especial: Alejandro Mondelo de Las Pastillas Del Abuelo en teclados. Este momento dio lugar a una imagen inusual, porque Panter abandonó por un rato su guitarra y se lo vio cómodo moviéndose por todo el escenario.

Luego de 10 minutos de descanso, 30.000 luces apagadas se llevó todos los aplausos con una dedicatoria especial repudiando el 2×1 y pidiendo cárcel para los genocidas; culminando la canción con un «Nunca más» desde la voz de Lucas Martínez.

La clásica Veredas se interpretó para recordar aquellas historias que no funcionaron y, en seguida, un anuncio hizo estallar en gritos y aplausos a todo el lugar: «El 29 de julio vamos a estar tocando en el Auditorio Sur de Temperley, los esperamos».

Nos inventamos un cielo en medio de la semana fue el slogan elegido para esta fecha y se hizo escuchar fuerte con De Bar en peor. Luego, pegaditos sonaron dos de los preferidos: Anguilita y Sonrisa.

Para el final tenían guardada una curiosidad. Panter se plantó solo en el escenario para tocar La Petisa Inflamable, de esos inéditos que a la gente le encanta escuchar. En segundos, la banda entera salió a escena con Ale Mondelo -otra vez-. Cuando todo parecía finalizado, un fragmento de Sabina Y Piazolla (canción de Las Pastillas del Abuelo) se disfrutó para dar por terminada una excelente velada de rock.

Muchas son las voces que corren exigiendo a gritos que La Piñata se anime, que las condiciones parecen dadas para dar ese salto en masividad. Pero lo importante es no quemar las etapas y disfrutar lo que sucede. Disfruten de esta banda, porque pisa y pisará más fuerte aún en el Rock del país.

 

Fotogaleria por Belu Lorente