«El arriero»

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En el ’93, Divididos llegaba al punto máximo de difusión hasta ese momento, al llenar 13 shows en el Estadio Obras.

Valles Calchaquíes, fines de los ‘50 – Pergamino y Hurlingham, principios de los ‘60 – Buenos Aires, 1993

En los comienzos de los años 60, el niño Ricardo Mollo viaja en una camioneta medio desvencijada junto a su padre y su hermano mayor Omar. Recorren las rutas adyacentes a Pergamino y por la radio se escuchan versos que quedarán grabados en la memoria de Ricardo: “En las arenas bailan los remolinos, el sol juega en el brillo del pedregal…”. Ricardo no entiende la metáfora, la entenderá años después.

Diego Arnedo escucha folclore desde que estaba en la cuna. Su padre, Mario Arnedo Gallo, fue un destacado músico santiagueño compositor y cantante especialmente de chacareras. Cientos de veces habrá escuchado estos versos: “…y prendido a la magia de los caminos, el arriero va, el arriero va”.

El gran Atahualpa Yupanqui tomó prestada del campo la inspiración de casi toda su obra. La luna tucumana, el cañaveral, las vacas, las piedras y el camino. Nació en Pergamino pero recorrió todo el país, especialmente los valles calchaquíes donde a fines de los años 50 escribió: “Las penas y las vaquitas se van por la misma senda. Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”.

En 1993 estos 3 personajes quedaron unidos para siempre cuando el power trío Divididos, liderado por Mollo y Arnedo, interpreta una poderosa versión de “El arriero” que, sin quitarle su espíritu original, convirtió una joya del folclore en un rockanroll con todas las letras.

El tema integró el tercer álbum de la banda que fue producido por el multi premiado Gustavo Santaolalla junto a Aníbal Kerpel. Esta versión de “El arriero” se convirtió en un clásico del rock nacional y “La era de la boludez” fue el disco que catapultó la carrera de Divididos.

Ficha técnica:

Autor: Atahualpa Yupanqui

Intérprete: Divididos

Integrantes: Ricardo Mollo (guitarra), Diego Arnedo (bajo), Federico Gil Solá (batería)

Álbum: La era de la boludez (1993)

Duración: 6 min. 38 seg.