Hello Frank

‘Chacobril Unlimited’  es el nombre del nuevo trabajo musical de Franco Siracusano. En esta nota repasamos el disco y conversamos con su autor sobre sus significados (o la falta de ellos).

Pasan las agujas de un viejo reloj en el living de mi nueva casa. Bibliotecas llenas de libros jurídicos ordenados según tema, autor y fecha de renovación. Colecciones estancas, cristalizaciones. Un entapizado beige en la pared, ninguna ventana, un perchero de madera, ningún rayo de luz, una mesa en el centro y siete sillas que la rodean, tres cuadros que no tienen ningún paisaje.

Me toca laburar de madrugada, destino sur: Comodoro Rivadavia. Mi compañero de jornada no habla mucho, es joven y de corto pelo negro. Falta para llegar. A las horas, entre mates, me cuenta que es porteño y músico, que había hecho un disco hace poco. Pocos días después iba a volver a laburar con él, le dije que me lleve uno, que se lo compraba. Me dijo que era de rock. Confié. 

Aguantemos una larga respiración y sumerjámonos dentro del ‘Chacobril Unilimited’

La primera parte del disco es acústica. Guitarras, voz y letras rememoran algunas imágenes fantasmales y/o las mejores formas de espantarlas. Realidades algo crudas, grabadas en primeras tomas y con el aporte de músicos como Francisco Monteleone en trompetas y Nicolás Carou en guitarras.

En la segunda parte, las bases electrónicas marcan rienda de un trasfondo que se prolonga como un espiral, donde coros y sintes centellean a lo largo del túnel o a su final.

Una inmensidad, un océano nocturno, una larga espera con ese nombre. “Chacobril Unlimited

Seguimos bajo el agua

Luego de escuchar el disco, le mandé un par de mails a Franco Siracusano, su autor, donde flotaron distintos tópicos. Algunas reivindicaciones políticas y debates actuales y otros de corte literario.

Me contó que, tras la disolución de Los Lygers y de un dúo instrumental electrónico  llamado Überkild, Chacobril Unlimited se transformó en el primer trabajo compuesto enteramente por él. Grabado mayoritariamente en su casa y en estudios amigos como La Terraza« de Tomas Amante y «440 de Guido Aimar, el disco recorre caminos que entremezclan formatos de canción con profundas composiciones eclécticas y progresivas.

El absurdo conceptual da pie al nombre del disco; esa no-necesidad de buscar sentido, esa necesidad de “no enroscarme tanto”, esas ganas de jugar con las palabras. Luego, el poema de Baudelaire “La muerte de los amantes” bautiza otra canción. “Es un caótico y desesperado intento de salvar algo insalvable. Escupir en el mar, Tratar de detener el tiempo, es sufrir como sufre un ser humano cuando se topa con algo hermoso como el amor o su propia existencia.”

Pasajes ficcionarios y otros no tanto, se dejan oír en la canciones “Alamos” y El precio de las Ideas”. La primera de ellas contiene distante la particular voz de nuestro querido Cortázar y sus «Instrucciones para subir una escalera al revés», mientras que en la segunda un discurso de Videla hace un paralelo con el terror hecho vida de la última dictadura militar.

El arte del disco deja entrever figuras difusas que ahondan sobre claroscuros, espacios, sueños, señales, seres, realizados por el estudio de diseño “Los Caballos” e impreso en Grafikar, gráfica platense.

Seguimos bajo el agua

Al consultarle, Franco me relató que prefiere no explicar sus canciones, debido a la vaga significacion que contienen las propias palabras para referirse a la música y por la limitación que impone la interpretación del autor a las subsiguientes. En estos términos, al referirse al disco como un todo prefirió citar a Huxley«Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos. Los mártires entraban en el circo tomados de la mano, pero eran crucificados aisladamente. Abrazados, los amantes tratan desesperadamente de fusionar sus aislados éxtasis en una sola autotranscendencia, pero es en vano. Por su misma naturaleza, cada espíritu con una encarnación está condenado a padecer y gozar en soledad» .

Al final de los mails, prefirió que lo llame Frank.

Salir a respirar