#Matagallo «Nunca pensamos el rock de una forma típica»

Lejano oeste capitalino. A metros de la General Paz, Matagallo abre las puertas de su casa para recibir a Corriendo La Voz en un sábado caluroso, en horas en las que el sol pica fuerte en el balero. La habitación que oficia de sala de ensayos, composición, experimentación y debates, muestra un aspecto poco habitual, casi desprovista de instrumentos. Es que la sala también funciona para las clases de guitarra y composición de Julián Selci (voz principal, encargado de teclados y guitarra), y el calendario indica muestra de alumnos.  

La primera época ensayábamos en el comedor. Era un desastre, pero la pasábamos bien”, cuenta Gabriel Casal Luján, o Gabi,  encargado del bajo y los coros, mientras su tocayo Gabo Margiotta busca en una criolla los acordes de Pronta entrega de Virus. Las paredes hablan de música: por ahí la mirada de Charly, más allá un poster ricotero entre decenas de imágenes que adornan el cuarto donde algunas veces funciona como sala de ensayos y las otras como base de ‘operaciones revolucionarias’ y encuentra a la banda componiendo, arreglando o debatiendo. “Si no hubiese debate no habría telepatía”, tira al pasar Mateo Calderoni, batero del grupo.

– Es un motor de la banda el debate.

Gabi: le damos mucha importancia al debate, nos la pasamos debatiendo. De hecho, a veces nos juntamos y de tres horas, el tiempo neto de ensayo son 45 minutos.

– ¿Debaten sobre lo que están tocando?

Gabo: Depende, por ahí en algún momento hay un análisis sobre lo que está pasando, pero no sobre cómo debería ser. Sobre cómo queremos que suene o que salga, por lo general no.

Julián: Sí hay debates generales sobre la situación musical de la banda. Es bastante abstracto, en cuanto a lo musical. Después, en cuanto a cómo movernos, o si tocar cada un mes o cada tres meses, dónde  tocar, si tocar con otras bandas…

Gabi: Igual también es parte de una disciplina soviética que nos metemos nosotros en la cabeza, que nos tenemos que juntar. A veces tenemos cosas para hacer y otras no, pero nos juntamos igual. Y hablamos a veces de la situación con la pareja, de cuánto le debo al panadero (risas). Somos gente de buen debate.

Ph: Punto Aparte

Matagallo presentó durante este año su segundo trabajo de estudio, Hash, sucesor de su disco homónimo Matagallo (2013). Luego de presentar algunos temas en los estudios Crazy Diamond en un ensayo abierto que fue editado como un mini-vivo en formato audiovisual y difundido por las redes sociales (que incluye su gran versión de Semen-up), Matagallo logró editar Hash de la mano de otra pieza clave para la banda en los últimos años: Maxi Forestieri, encargado de que cada cosa suene en su lugar en el estudio y en las fechas más grandes.

– Este año fue particular para Matagallo en cuanto a sus presentaciones en vivo, con dos fechas grandes para presentar Hash: El Emergente de Almagro en mayo y la sala Caras y Caretas de San Telmo en septiembre. ¿Cómo vivieron esa apuesta?

Gabi: Había como un deseo de que eso pase. Todo lo que hacemos con esto del debate tiene que ver con eso. Nosotros nos pusimos como plan en su momento tocar todos los meses en Gallo [por el bar El Emergente del Abasto] y ver qué pasa, después al otro año encontramos el Imaginario [Cultural]. Al siguiente año dijimos ‘toquemos una vez cada dos meses en el Imaginario’, y lo cumplimos. Todo tiene que ver con una forma de plantarse. Y este año, no fue tan consciente, pero más o menos dijimos ‘armemos dos o tres fechas que estén buenísimas y después estemos abiertos y disponibles a lo que se presente’. Y yo creo que salió bastante bien. Y con el disco bajo la manga fue más fácil de pensar. La intención es siempre que venga gente a vernos, detrás de todos nuestros planes, está ese, como plan primigenio.

Gabo: Igual hay como un romanticismo, eso de que el Imaginario es como una covacha que queríamos que fuera nuestra. El año pasado estuvo re bueno tocar ahí porque venía gente, explotaba. Y después tocar en el Emergente [de Almagro] era probar cómo suena, si nos la bancábamos en un escenario así, que suena, que es más grande.

– Y la respuesta a ese interrogante…

Julián: Sí, el Emergente estuvo re bueno.

Gabo: En el Caras y Caretas también, para nosotros estuvo re bueno.

Gabi: Habíamos laburado un montón para que eso se dé. Como que esa espontaneidad que tiene ir a tocar al Imaginario no sucedió en ese lugar, porque tiene otra impronta, qué se yo… No salimos del under igual.

Gabo: Hay fechas y fechas. Tocar en el Imaginario tiene un clima y tocar en otro lugar tiene otro. Pero con bandas que yo voy a ver también pasa eso. Cuando vas a ver a PEZ a Santana no es lo mismo que verlos en Vorterix. En Santana es un descontrol, y en Vorterix es más protocolar.

– ¿Cómo ven el género rock en la escena under? Hay muchas bandas que han explotado más por fuera, o haciendo fusiones, antes que en una forma clara del género. Ustedes han tocado con otras bandas de rock, si es que se colocan bajo ese gran paraguas…

Julián: Sí, de movida nosotros siempre nos ubicamos ahí, pero seleccionando lo que a nosotros nos parece más importante de la idea de proponerse como una banda de rock. Por ahí en ese sentido, las cosas que más nos convocan a nosotros, que más nos conmueven del rock tienen que ver mucho con hacer discazos, ir cambiando disco a disco y concebir al rock como un paraguas gigante que puede albergar a un montón de sonoridades, estilos. O sea, nunca pensamos el rock de una forma típica, de usar una distorsión, una batería al palo y un cantante gritando. Y por ahí yo tengo la impresión, en relación a esa imagen que decís vos, que dentro de lo que es el under actual, el rock no es lo que está hegemonizándolo: la porción de bandas que quedan haciendo rock yo las veo un poco más ligadas a esa idea de rock quilombo. En general, lo que nos gusta es cuando algo tiene un carácter de novedoso, de que te parte la cabeza, y tenemos bandas con las que nos llevamos bien y con las que tocamos, que son del under, pero no sé si estamos en un momento donde nos sintamos hermanados con otras bandas en cuanto a esos preceptos de la composición, de tener un estilo personal, ser independientes, como algo que es un poco más abstracto que nosotros lo vemos como algo que tiene que ver mucho con lo musical. A la vez, hoy estuvimos escuchando Los Espíritus, que tocaron en el Malvinas Argentinas.

Julián: Están las bandas del indie que les está yendo bien: Mi Amigo Invencible, El mató a un policía motorizado

Gabi: Sí, es todo medio inesperado. Los Espíritus llenan un estadio. Y para mí era inesperado eso. Cuando escuché el primer disco no pensé que iban a llenar un estadio, y lo digo como algo bueno. Yo creo que la gente y las bandas están todas como dando vueltas diciendo ‘vamos a ver qué pasa’, y cada tanto suceden eventos que son muy extraños. Yo fui a ver Acorazado Potemkin a Niceto y estaba hasta las manos: ¿qué pasó? Hay un montón de gente dando vueltas y la gente va y se agrupa como puede, yo no creo que haya cosas tan definidas como podía pasar en otra época. Y eso es raro, impredecible. No sé si Maxi Prietto dijo ‘con esto voy a llenar Malvinas Argentinas…’

Ph: Julián López de Armentia

Hay algo en las entrelíneas de cómo el grupo se expresa que habla de su manera de ver y vivir la música en general y la banda en particular. Hay algo de madurez alcanzada por prepotencia de trabajo, de encuentros y debate, mucho debate. Se habla de un tercer disco pero no desde una intención fetichista, sino como quien visualiza que es el camino natural de quienes se piensan en un viaje que no tiene metas ni techos, sino que simplemente ocurre.

– Mirando en perspectiva la historia de Matagallo, ¿cómo se ven hoy al cierre de este 2017, con un disco nuevo y haciendo fechas grandes?

Gabi: Y, yo estoy más gordo. Aumenté como un kilo por año (risas).

Mateo: Uno se empieza a conocer más tocando. Es como empezar a salir con alguien.

Julián: Sí, pudimos elegir un poco más cómo iba a ser el segundo disco, mientras que por ahí el primero también elegimos las canciones pero no tan conscientemente. Eran canciones que tenían ya un par de años. En cambio, cuando empezamos a armar las canciones de Hash, también como producto de ir probando y buscando, se nos armaron dos repertorios: uno que era más directo, y otro que era con el piano, que tenía un clima más como el de Frío Viaje, el último tema [de Hash]. Cuando llegó el momento de seleccionar las canciones dijimos ‘no hagamos un disco tan largo, hagamos nueve o diez canciones’, y medio a último momento decidimos sacar cuatro de esas canciones que tenían esa cosa más pianística que ampliaban un poco el espectro de la banda. Preferimos centrarnos en la parte más directa, en temas que eran a dos violas. Porque también sentíamos que había algo en el disco anterior que no habíamos podido plasmar del todo que era justamente la interacción entre las dos violas, la de Gabo y la mía, que ya le daba un color que relajaba un poco las canciones. Como que en el primer disco había sido todo medio un bardo entre las dos violas, en el segundo ya habíamos mejorado eso, entonces podíamos sacar los temas que estaban con el piano, y que queden nueve canciones directas, mejor armadas, que tenían otra profundidad.

Gabo: Como que el primer disco fue un poco más ansioso. Más vomitado.

Gabi: Llegamos a ese punto después de un camino. El debate sirve para eso, como para llegar a determinaciones como estas. No podría anticipar lo que va a pasar después, pero siempre todo lo que pasa es discutido y armado así, debatiendo en el grupo.

Gabo:  Es como que estamos hace mucho tiempo construyendo algo groso que nos lleva un montón, que estamos re comprometidos y que se nota ahora, que después de mucho tiempo ensayamos libremente, tocamos algo nuevo y suena, porque tenemos toda la historia de conocernos.

Julián: Antes nos costaba mucho más trabajo hacer una canción que ahora. También eso, siendo que nos gusta ir cambiando, es como un límite también. Si en un momento te encontrás haciendo lo que ya te sale, por ahí para algunos músicos está bueno eso, y nosotros obviamente lo disfrutamos porque es algo que logramos después de un par de años, pero también tenemos esa inquietud de no caer en producir las canciones de la forma en que nos sale. En muchos casos se busca llegar a solidificar una idea, militar esa idea, y llegar a la pureza máxima de ese concepto. Lo vemos en la discografía de las bandas: los discos de Los Espíritus, por ejemplo. Ya sacaron tres discos y ahora sacaron un pedazo que les quedó, el Guayabo de no sé qué y te das cuenta que ellos quieren hacer eso muy bien, y les sale, o sea, cada vez te llegan más como una unidad sus canciones. En ningún momento escuchas un tema y te incomoda, o te saca de clima. Y a nosotros nos cabe eso.

– En los recitales de Matagallo, y más que nada en el primer disco, existía esta sensación de oscuridad o densidad como clima, y eso está en Hash también, con otros colores, otros matices, pero se puede ver una búsqueda por ese lado.

Gabi: Es que eso es lo interesante: tratar de identificar cuál es el recurso y que el recurso mismo te vaya llevando a otros recursos. Es eso que vos decís. Hicimos un disco que es súper oscuro y muy intrincado; y después sacamos otros en el cual eso cambió. Pero lo que en realidad cambió es el recurso, lo que fuimos haciendo es sofisticando ciertas ideas y pudiendo cerrar mejor; y me parece que es eso lo que preguntabas de cómo nos veíamos del principio hasta ahora, yo creo que uno fue ganando en recursos, en posibilidades, en no caer en la primera que se te ocurre, que eso era algo más de la época primera. En cambio ahora hay muchas posibilidades que fuimos armando entre todos.

Sonó varias veces la expresión “tercer disco”, ¿está dentro de los planes para 2018?

Mateo: Mmm… Recién terminamos de pagar el segundo disco (risas).

Julián: Ahora hay como una etapa que está empezando que tiene más que ver con componer en la sala, que es algo que nos está cabiendo. Componer de cero, todo el tema, ahí en la sala de ensayo. Es un momento, en ese sentido, que tiene un riesgo, porque antes por ahí pasaba que siempre teníamos canciones de más, entonces ese temor de la hoja en blanco que suelen decir los artistas, no pasaba, por más que nosotros quisiéramos componer canciones nuevas, sabíamos que si no salían teníamos un back up de canciones. Ahora tiramos esta metodología de composición como forma de laburo de la banda. Entonces, durante 2018 tocaremos en vivo e iremos armando canciones, y veremos hasta dónde da eso. Y está bueno porque cuando funciona así como que todo se va seleccionando solo también: si vas manteniendo esas canciones que vas creando en la sala y las seguís tocando y las vas modificando como que ya quedan incrustadas en el repertorio. Y la parte de la decisión de hacia dónde queremos ir estéticamente hablando, se va tomando sola..

Mateo: Creo que ninguno de nosotros cuatro piensa que grabar un disco es como ir a comprar una mochila.

Gabi: Es una instancia a la cual nosotros ponemos en valor. Los dos discos que grabamos hasta ahora son dos discos a los que les dimos el tiempo que necesitamos colectivamente. Hay que esperar para tener un disco. Con el segundo se notó más, casi que lo grabamos cuando ya no podíamos esperar más.

– ¿Con qué se va a encontrar el público el sábado en El Emergente?

Julián: Va a haber canciones de los dos discos, más parejos que las últimas fechas. Y después hay un cover nuevo.

Gabo: Es el cierre de un año que estuvo re bueno.

Gabi: Está bueno cuando termina el año porque uno siente que tiene la oportunidad de hacer lo que se le canta. Digo, más allá de que haber tocado el disco fue una decisión, pero está bueno ahora decir ‘bueno, toquemos el otro, hagamos los temas que más nos caben’, y hacemos un cover, e inventamos uno ahí. Yo siento que estoy más tranquilo para esta fecha que para las otras.

 

Matagallo se presentará este sábado 16/12 en El Emergente de Almagro, Acuña de Figueroa 1030, CABA.

Fotografía de portada: Punto Aparte.