#PampaYakuza y su fiesta de 15

Promediando la tarde del sábado, fuertes lluvias invadieron la ciudad de Buenos Aires. Varios barrios se vieron anegados por las inundaciones y, para muchos, se hizo casi imposible movilizarse. Pese a ello, los yakuzeros se la rebuscaron y nadie faltó a la cita. La Trastienda estaba preparada para un festín de niña bonita y nadie se quedó afuera.

Pampa Yakuza supo ganarse un lugar en el circuito del rock nacional, a base de perseverancia, talento y, sobre todo, mucha humildad. Ese feedback entre banda y público, fue, es y será una constante en este grupo de amigos que comenzaron esta aventura a  fines de la década del ’90 y concretaron el proyecto en 2002.

Los 15 años de Pampa llegaron sin vestido blanco ni moño en un coche pero si con una preparación bien acorde para la ocasión; músicos y públicos lograron hacerse uno para celebrar.

Para calentar el escenario, Nos Vemos Viejo se encargó de mostrar su arte para aquellos que decidieron ingresar temprano. Lo cierto es que la banda liderada por Martín Ciraolo mostró una gran performance y el mítico escenario de La Trastienda estuvo a la altura de su música. Mostrando todo su repertorio, los matices variaron constantemente del rock al ska y de alguna balada hasta la cumbia. Nos Vemos Viejo parece no encasillarse en un sonido en particular y eso hace que hayan logrado un estilo propio, hecho más que interesante para una banda emergente. Los puntos altos de su show se dieron con Distancia, La Tacita de café, Algo empieza a crecer y la canción homónima  con Ariel Viale de Pampa Yakuza como invitado en la percusión. También hubo tiempo para agradecer a sus seguidores y a la banda anfitriona por semejante invitación, un lujo que será un lindo e infaltable capítulo de la historia que se están forjando.

17634400_10210021846515499_1010055237647504363_n

Para las 21.30, la sala de San Telmo se colmó de yakuzerosDigno de un típico cumpleaños de 15, las luces se apagaron y el vals comenzó a sonar para introducir al público en el festejo; algunos hasta se animaron a bailarlo. Para cuando se abrió el telón, ahí estaban ellos, vestidos de elegante sport. La elegancia por sobre todo, para ser la imagen del festín.
El show de Pampa Yakuza fue realmente impecable. Dando Pasos fue la canción elegida para comenzar, un himno de la banda, anticipando lo que vendría luego.

Repasando todos sus discos, hubo clásicos como Dejarse Llevar, Bla Bla Bla y Sol de los pobres. El quiebre estuvo en una de las preferidas del público: La mañana del mañana, coreado por todos el: «Hoy, pregunto ¿quién soy?». Si bien el tema data del 2005, la pregunta sigue intacta. Pampa se renueva constantemente y el paso de los años no caduca el amor por la música sino que lo reafirma.

El momento de los amigos invitados llegó cuando Limón García -ex Vía Varela y Bersuit- subió a cantar Puede ser, muy sentido, teniendo en cuenta el contexto nacional.
Juani Rodríguez y Ariel Paladino de Andando Descalzo se hicieron presente para interpretar Acertijos, del disco Singularmente (2011). El Puma Galván de Puro Deskarte metió magia con sus teclas en un mix de cumbias, como en los viejos tiempos.

17861814_10210021847035512_2250891582186625758_n

Llegando el final de la noche, Hernán Saravia -voz líder- recordó todo lo vivido y agradeció al público por la fidelidad, a los nuevos y a los de siempre. También expresó su malestar ante un nuevo caso de violencia de género ante la noticia del día, que fue el asesinato de Micaela en Gualeguay.

La fiesta de 15 concluyó, como siempre, con Juntos y Carnaval para tu desconsuelo, donde banda y seguidores se unieron abajo del escenario al grito de «¿Que te anda pasando?».

Gran show de Pampa Yakuza en La Trastienda, demostrando que el paso de los años le sienta bien. El futuro le depara algunos cambios en su formación, donde quizás, deberán aventurarse en un nuevo sonido musical. Lo cierto es que estos quinceañeros tuvieron su merecida fiesta, que continuará a lo largo de todo el año. Lo que podemos asegurar es que hay Pampa para rato.

Fotogaleria a cargo de Moro del Valle